viernes, 7 de noviembre de 2008

Explicación del Efecto del Coquí

El Partido Independentista Puertorriqueño ha sido un partido reaccionario a los cambios dentro de su estructura y mensaje. Actualmente en la Isla hay un sin número de independentistas que se sienten no solidarios de dicho partido y se mantienen al margen de la participación electoral. Sin embargo, el partido ha podido mantenerse con pulso debido que ha sido el agujero negro de las elecciones. Esto se debe a que el partido ha tenido los votos de “otros”.

Cuando menciono “otros”, me refiero a aquellas personas que votan sin ningún compromiso real. Estas personas puede ser que voten para participar en el deporte nacional o algún otro motivo que no ha sido científicamente investigado (broma). Los electores del país que han estado insatisfechos, votan por el PIP; los que han estado indefinidos, votan por el PIP; y los que han buscado algo fresco, votan por el PIP. Estos son los electores “otros”.

Este año aparenta ser algo distinto. Hay un partido nuevo que no tendrá definición de status, es fresco y algo ambientalista que sin duda alguna va a amenazar con la sobrevivencia del PIP: el Partido Puertorriqueños por Puerto Rico. Lo que fue el PIP ayer, hoy lo va ser el PPR. El PPR va a convertirse en el nuevo zafacón de las elecciones. Después de las elecciones el PIP va a tener que evaluarse detenidamente y tomar una decisión si va continuar en la contienda electoral o convertirse en un movimiento no oficial como lo muchos otros movimientos separatistas.

Si continúan con la contienda electoral, tendrán que apelar agresivamente a aquellos independentistas que están inconformes con el partido y para eso hay que reformar el partido a pasos agigantados. De ninguna manera mi intención es desacreditar alguno de los dos partidos antes mencionados. Sin embargo, estoy seguro que para reformar hay que tener tacto con la realidad.

El PIP va tener que apelar a la juventud y independentistas radicales. Ya mantener alejados por diferencias de posturas ideológicas a este grupo ha dejado de ser históricamente aceptable o saludable. La no apertura ya no es una medida práctica para el partido. Es perjudicial, insalubre y decadente. Esta actitud se fundamenta en la historia del movimiento separatista puertorriqueño.

Desde la década de los cincuenta el partido ha querido mantenerse alejado de los grupos radicales. Esta fue una decisión pragmática ya que la situación interna como internacional no era posible mantenerse en la contienda electoral.

Internacionalmente la guerra fría se encontraba en la cúspide. Estados Unidos estaba bajo el terror comunista y el Macartismo. En Puerto Rico la Ley de la Mordaza(o pequeña Ley Smith) y la campaña anti-independentista de los populares no favorecían a que el partido independentista se inclinara hacia la izquierda. Mecanismo de sobrevivencia.

Actualmente el partido PIP, expresando mi humilde opinión, sufre del síndrome pos-guerra fría. Muchos de los puertorriqueños que vivieron bajo esta época todavía se espantan al hablar de algún cambio del status quo, y si lo hacen, hablan en voz baja para que nadie los escuche. Y así se encuentra el PIP: con la voz baja.

La juventud de hoy estuvo enajenada de las tensiones de Reagan y Gorbachov y además son incautos en la hora expresión. Ven el mundo desde una óptica distinta. La globalización brinda ejemplos claros y viables de posibilidades de desarrollo económico para la isla que no estaban disponibles anteriormente. O sea, el PIP tiene las condiciones más favorables que el PIP de antaño.

Creo que el Coquí va despertar el partido independentista de su estado paralitico evolutivo. El PIP se ha resignado con mantener el partido inscrito. Esta actitud cuasi-estoica (porque piensan que el destino está controlado por terceros) tiene que cambiar por una más energética y optimista (pero no ingenua) porque de lo contrario sería puro juego.

Otro factor que se debería tomar en consideración, además de la fragmentación independentista y otros factores ya mencionados, es que el PPR es un partido sin definición de status. Aunque el estatus es el tema medular en todas las esferas de la isla, para algunas personas no lo es. Está emergiendo una nueva fuerza electoral, además de los ya existentes “otros”, que no le interesa el status de Puerto Rico. Esto es más alarmante para el PIP. Es con definición, y tienen problemas en atraer votos, ¿Qué sucedería con PIP, si a los puertorriqueños ya no les interesa solucionar la situación colonial de Puerto Rico?

Dos objetivos para el PIP: unir el movimiento independentista y convencer a los incrédulos que piensan que el estatu no es un “issue”.

No obstante, estoy seguro que el PIP, después de las elecciones tomará las medidas necesarias que la altura de los tiempos exige.
José M. Lugo

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